El Ejecutivo federal de México permite, desde abril de 2016, la libre importación de combustibles. Desde entonces, las gasolineras mexicanas pueden importar gasolinas y diésel de cualquier compañía. Se trata de una medida que tiene como objeto la reducción de los precios de los combustibles debido al aumento de la competencia.
La apertura de las importaciones a terceros requiere de una fuerte inversión y de la liberación total de los precios. De este modo, el mercado del combustible en México ha entrado en un marco de libre competencia.
Esta medida convierte al sector del combustible en un mercado atractivo para aquellos empresarios y emprendedores, que quieran externalizar su negocio en México.
La reforma energética contempla la liberación completa del mercado de gasolinas hasta el año 2018.
Fuente: Forbes Mx